Después de mucho tiempo sin publicar toca hacer la crítica de una de las series que he leído este verano: Bucky Barnes Soldado de Invierno. Una serie de 11 números publicada en España en dos tomos bajo la línea 100% Marvel con los títulos "El hombre en la muralla" y "En el vacío", este último título define perfectamente a la serie.
Heredera natural de los hechos narrados en Pecado Original, cuya reseña puedes leer aquí, nos encontramos a Bucky defendiendo la Tierra de diversas amenazas... durante unas pocas páginas. Después nos encontramos con una historia con viajes en el tiempo, romances, conspiraciones y multitud de acontecimientos que no atraen en ningún momento la atención del lector.
Ales Kot diseña un argumento que sirve para Bucky o para casi cualquier personaje secundario del Universo Marvel en el que tenemos como espontáneo a Namor y poco más. Los enemigos escogidos para esta historia son Calavera y Loki, quienes encajanen esta historia igual que podría hacerlo cualquier otro villano. Quien más sentido puede tener en la historia es Daisy Johnson, alias Temblor, como ayudante del Soldado de Invierno. Kot se adentra con viajes en el tiempo y el multiverso y muestra una civilización alienígena telepática y pacífica en pleno cambio que en otro contexto tal vez habría tenido cierto interés. Sin embargo tras lo mostrado por Jason Aaron en Pecado Original con un Nick Furia pletórico defendiendo la Tierra de toda clase de amenazas que ponían en peligro todo el planeta. El problema de este cómic es que no se ve nada de esto en la mayor parte de sus páginas.
El dibujo de Marco Rudy se acerca más a las ilustraciones de las portadas que a lo esperado en un cómic y es lo mejor que tienen las páginas de esta serie. Sin embargo este dibujo sin unas viñetas tradicionales hace que la historia sea aún más caótica si cabe. Por otro lado el trabajo de Landon Foss es mucho más tradicional y lineal pero tampoco ayuda a mejorar la historia.
Como historia independiente cumple con su cometido pero apenas aporta algo al Universo Marvel y a futuras historias de un personaje tan versátil y con tantas posibilidades como es Bucky Barnes.
Heredera natural de los hechos narrados en Pecado Original, cuya reseña puedes leer aquí, nos encontramos a Bucky defendiendo la Tierra de diversas amenazas... durante unas pocas páginas. Después nos encontramos con una historia con viajes en el tiempo, romances, conspiraciones y multitud de acontecimientos que no atraen en ningún momento la atención del lector.
Ales Kot diseña un argumento que sirve para Bucky o para casi cualquier personaje secundario del Universo Marvel en el que tenemos como espontáneo a Namor y poco más. Los enemigos escogidos para esta historia son Calavera y Loki, quienes encajanen esta historia igual que podría hacerlo cualquier otro villano. Quien más sentido puede tener en la historia es Daisy Johnson, alias Temblor, como ayudante del Soldado de Invierno. Kot se adentra con viajes en el tiempo y el multiverso y muestra una civilización alienígena telepática y pacífica en pleno cambio que en otro contexto tal vez habría tenido cierto interés. Sin embargo tras lo mostrado por Jason Aaron en Pecado Original con un Nick Furia pletórico defendiendo la Tierra de toda clase de amenazas que ponían en peligro todo el planeta. El problema de este cómic es que no se ve nada de esto en la mayor parte de sus páginas.
El dibujo de Marco Rudy se acerca más a las ilustraciones de las portadas que a lo esperado en un cómic y es lo mejor que tienen las páginas de esta serie. Sin embargo este dibujo sin unas viñetas tradicionales hace que la historia sea aún más caótica si cabe. Por otro lado el trabajo de Landon Foss es mucho más tradicional y lineal pero tampoco ayuda a mejorar la historia.
Como historia independiente cumple con su cometido pero apenas aporta algo al Universo Marvel y a futuras historias de un personaje tan versátil y con tantas posibilidades como es Bucky Barnes.
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